Grace Porter tiene el trabajo perfecto: un sueldo fabuloso, una oficina magnífica y todo lo que siempre ha soñado, a excepción de un pequeñísimo detalle.
Está total y perdidamente enamorada de su jefe.
Gabriel Ferrara es alto y guapo. Hay días en los que ella piensa en arrancarse los ojos con un lápiz con tal de no presenciar su perfección.
Cómo podría una mujer trabajar bajo estas condiciones y no enamorarse de él, es algo que la supera.
Pero entonces él abre la boca, y ella recuerda por qué.
Es mandón y sarcástico, con una agudeza que podría cortar cristal.
Todos los fines de semana parecen lo mismo... mientras él vive una vida de ensueño, ella cuenta las horas para volver a verlo el lunes.
Pero ya es suficiente.
Grace está harta de organizar su fascinante y glamorosa vida, en lugar de vivir la suya propia.
Decidida a encontrar la verdadera felicidad, presenta su renuncia.
Furioso, él no acepta y estalla en cólera como nunca antes.
Desesperado por retenerla, le ofrece un Bono... uno que ella nunca vio venir.
Finalmente...
Es el turno de Grace de ser la jefa.
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