Hace nueve años y medio, te casaste con un hombre que no era yo. No era ni la mitad de mĂ...
Hace nueve horas y media, cruzaste las puertas de mi sala de juntas multimillonaria para una entrevista de trabajo. Aunque todos los presentes en la mesa cayeron en tu encanto y aplaudieron, no me atrevĂ. No pude evitar notar tu dedo anular desnudo. No pude evitar notar que eras aĂșn mĂĄs sexy ahora que la noche en que nos conocimos. Honestamente no querĂa contratarte, pero no tenĂa otra opciĂłn. Me superaron en las votaciones 16-1, pero crĂ©eme, conseguiste este trabajo por defecto.
Cuando firmaste los papeles y nos dimos la mano, no mencionĂ© el hecho de que no ''me esperaste'' como prometiste hace años, o que simplemente seguiste adelante con tu vida como si lo que tenĂamos no significara nada. En cambio, insistĂ en que mantuviĂ©ramos las cosas cien por ciento profesionales. AsĂ que, para que conste: me he olvidado de ti y de todas las veces que hemos compartido. Esto incluye la forma en que tu cuerpo se siente debajo del mĂo, la forma en que tu risa solĂa hacerme sonreĂr, y la forma en que solĂas decir mi nombre sin aliento durante horas.
Definitivamente no estoy en negaciĂłn, todo esto es cien por ciento verdad. Nunca me oirĂĄs decir que aĂșn tienes un efecto sobre mĂ, que sigues siendo lo mejor que he tenido, o peor, que nunca te he superado...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario