La primera vez que lo vi fue en un bar llamado Ophelia's un brumoso jueves por la noche. Yo estaba allĂ para ahogar mis penas despuĂ©s de un dĂa difĂcil, Ă©l estaba allĂ para escapar de la tormenta. DespuĂ©s de un breve pero increĂblemente cruel intercambio, el apuesto extraño huyĂł antes de que tuviera la oportunidad de responderle. Indignada y con dos cĂłcteles encima, lo seguĂ por la puerta, decidida a darle al audaz Adonis un pedazo de mi mente.
Corriendo tras él en tacones y apenas capaz de mantenerle el ritmo bajo la lluvia helada, terminé mi persecución cuando me di cuenta de a dónde iba.
Dicen que nunca juzgues a alguien a menos que conozcas su historia.
Nunca podrĂa haber anticipado su...
Y nunca podrĂa haber anticipado la forma en que nuestros caminos se cruzarĂan de nuevo, o que algĂșn dĂa me encontrarĂa enamorada de un hombre con una cavidad hueca donde deberĂa estar su corazĂłn, un hombre tan insensible como hermoso, tan complicado como hipnotizante.
Dicen que nunca juzgues a alguien a menos que conozcas su historia.
Esta es la nuestra
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