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Solo soy una chica, parada frente a una vitrina, intentando decidir entre chocolates y cupcakes.
Un chocolate realmente delicioso, empapa bragas, que se derrite en tu boca. La Ășltima droga del amor.
O...
Un cupcake con su dulce glaseado suave, su centro pegajoso y su crema brotando cuando...
¡Espera! ¿Pensaste que esto era sobre dulces?
Bueno, mås o menos, pero también se trata de hombres.
Dos de ellos. Gabe y Dylan. Amigos. Socios comerciales. Un chocolatero encantador, un panadero descarado.
Estoy bastante segura que no debo querer a ninguno de los dos.
Después de todo, me mudé a Reverence para escapar de los chismes y arreglar mi corazón roto.
Pero sĂ, los quiero. A ambos. ¿CĂłmo se supone que voy a elegir entre dos hombres ardientes que estĂĄn decididos a ganarse a esta tranquila maestra de preescolar? Complacer mi gusto por los dulces estĂĄ fuera de discusiĂłn. Abandonar el vagĂłn solo puede terminar en dolor.
Pero como cualquier adicto, una probada no es suficiente. ¿Puede una chica en realidad tener su pastel, y enamorarse de dos?
#2
Encontrar al Señor Perfecto es fåcil.
Lo difĂcil es atraparlo.
No es que yo haya sido la chica que deja que un poco de rechazo me deprima.
O impedirme alcanzar mis metas.
Cuando el Señor Correcto resulta difĂcil de conseguir, necesito un poco de ayuda.
Casper Morgan no es el candidato ideal.
En realidad, es grosero, gruñón y malvado.
También es mi jefe durante el verano.
Y esconde grandes secretos detrĂĄs de la cremallera de sus pantalones.
Oh, ¿y mencionĂ© que todo este plan de citas falsa fue idea suya?
Ahora fingimos estar juntos.
A veces es difĂcil recordar que no lo estamos.
Especialmente cuando me besa como lo hace.
Y me toca como si le perteneciera.
Tal vez el tipo correcto no sea el que planeas.
Es el que nunca viste venir.
#3
Ash...
Sam Sweets siempre ha estado ahĂ para rescatarme.
Me amaba cuando nadie mĂĄs podĂa. Ni siquiera mi propia familia.
También lo amaba. Mås de lo que jamås creà posible.
Pero el amor es peligroso. Destruye. Corta profundamente y deja heridas que no son visibles a simple vista.
AsĂ que lo dejĂ© para protegerlo del daño que podrĂa causar.
No marcó la diferencia. De todos modos lo lastimé.
Pero quizĂĄs esta vez pueda hacerlo bien.
Sam...
No era mi intenciĂłn enamorarme de la chica rota de al lado.
La mejor amiga de mi hermana estaba fuera de los lĂmites y, ademĂĄs, era demasiado joven.
Pero tambiĂ©n era mĂa.
No deberĂa haberme sorprendido de que no se quedara.
No estaba lista para las vallas, los vestidos de novia y los bebĂ©s cuando tenĂa el mundo a sus pies.
Ahora ha vuelto. Con un escĂĄndalo pisĂĄndole los talones. Sigue siendo la chica dañada que conocĂa. Y quiero hacerla mĂa otra vez.
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