
1. Once upon a real good time
¿Una cita de una sola noche realmente ardiente con una ex estrella de rock?
Resulta que es el nuevo profesor de mĂșsica de mi hijo. Oops.
Pero no lo sabĂa la noche que conocĂ a Campbell. Todo lo que sabĂa era que tocaba mi cuerpo de la misma manera que tocaba una guitarra, como si fuera su dueño.
Mi libido sigue siendo elevado, cinco años despuĂ©s de haberme servido a mĂ misma durante demasiados años, y ambos estamos listos para otra noche o dos de diversiĂłn, especialmente porque no sĂłlo tenemos quĂmica en la cama, sino que nos conectamos por encima de todo.
Es decir, hasta que me enterĂ© que Ă©l es el hombre que vendrĂĄ a mi casa dos veces por semana para enseñarle a mi hijo - las mejores lecciones de mĂșsica que el dinero puede comprar.
Es hora de bajar el volumen de nuestras travesuras. SĂłlo que es mĂĄs fĂĄcil decirlo que hacerlo.
***
Puedo tocar un solo de guitarra frente a miles de personas, puedo escribir melodĂas de Ă©xito y puedo dejar de pensar en la madre de mi estudiante desnuda.
DespuĂ©s de todo, yo tambiĂ©n soy padre soltero y sĂ© lo que es poner a tu hijo en primer lugar. Eso es lo que hago todos los malditos dĂas.
El problema es que ahora que he tenido a Mackenzie, es difĂcil -y lo digo en serio- dejar de desearla. TambiĂ©n me resulta mĂĄs difĂcil cuando la conozco y me entero de que es una mamĂĄ increĂble, una gran amiga, y oh sĂ, se lleva perfectamente bien con mi hija.
Todo lo que tenemos que hacer es establecer algunas reglas. Nada de citas, nada de sexo cuando los chicos estĂĄn cerca, y nadie sale herido.
Todo estĂĄ saliendo de maravilla. Hasta que empezamos a romper las reglas, una por una.
Hacer mĂșsica con ella en el dormitorio es fĂĄcil. Pero ¿seremos algo mĂĄs que un buen momento cuando la mĂșsica se detenga?
1.5
Todo el mundo sabe que los amigos estĂĄn fuera de los lĂmites cuando se trata del sexo. Un hombre debe mantenerse muy lejos de la cama de su mejor amiga.
Aunque ella sea sexy como el pecado, dulce como un caramelo y casi irresistible cada dĂa.
Pero Macy y yo no sólo somos mejores amigos, también somos completamente opuestos. Ella es alegre, optimista, extrovertida y yo soy... cómo decirlo... un poco melancólico.
Entonces llega San ValentĂn, esa temida fiesta que yo odio y ella ama, y parece que Macy estĂĄ decidida a hacerme cambiar de opiniĂłn.
Decidida, en el sentido de que va vestida de rojo, con lencerĂa de encaje, una sonrisa pĂcara y la cabeza llena de ideas sucias.
Puede que tenga que revisar todas mis reglas sobre los amigos en la cama
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