Cuando me topĂ© con Ă©l en mi primer dĂa en la Academia Loyola, estaba segura de que eso no podĂa ser cierto.
Era el hombre mĂĄs hermoso que habĂa visto en la vida real.
No sabĂa que tambiĂ©n era el mĂĄs cruel.
PasĂ© de la sorpresa a la estupefacciĂłn en el momento en que sus ojos cĂnicos me atravesaron.
No puedo decir quĂ© fue lo que le hizo querer castigarme. Pero a partir de ese dĂa, el melancĂłlico y solitario hombre se propuso atormentarme.
Quiero aborrecerlo, y algunos dĂas lo hago.
Pero bueno o malo, la atenciĂłn de nadie nunca fue tan dulce. ¿QuĂ© haces cuando tienes un amor-odio por tu intimidador? Peor aĂșn, ¿QuĂ© haces cuando tambiĂ©n es tu profesor?

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