¿QuĂ© es peor que el hecho de que Rider Kingston, el mariscal de campo estrella, te rechace a lo grande porque no quiere ir en serio? Seguramente uno creerĂĄ que es vivir enfrente de Ă©l donde se puede ver de primera mano sus aventuras, ¿no?
Eso es lo que yo pensaba. Hasta que alguien deja un bebĂ© con una nota clavada en su manta que dice que uno de esos deportistas, ya sea Rider o uno de sus compañeros, es el padre. ¿El problema? La mamĂĄ del bebĂ© no menciona cuĂĄl de estos imbĂ©ciles es el donante de esperma.
No me preocuparĂan sus problemas de paternidad, ni lo mĂĄs mĂnimo, si no fuera porque mi hermano tambiĂ©n vive allĂ. Lo que significa que ese adorable bulto que berrea podrĂa ser mi sobrina, y de ninguna manera voy a dejarla desatendida con esos torpes jugadores de fĂștbol.
Necesitan mi ayuda, aunque todavĂa no lo sepan. Una vez que resolvamos este dilema y averigĂŒemos quiĂ©n es el papĂĄ, me voy.
Ignoraré a Rider y esas miradas que destrozan el alma cada vez que recojo al bebé. Me rompió el corazón hace tres años. No tendrå una segunda oportunidad.
Tight Ends & Tiaras
El fĂștbol es el centro de mi vida al cien por cien, hasta que una niña chillona, con un carĂĄcter que rivaliza con el mĂo, aterriza en mi regazo y pone mi vida patas arriba.
Nunca serĂ© el Padre del Año. Cualquiera lo dirĂa. Excepto tal vez Sienna, la antigua compañera de mi hermana, que de alguna manera se las arregla para hacer reĂr a mi melancĂłlico ser y ve algo en mĂ que nadie mĂĄs ve.
Cuando Sienna nos ofrece a mà y a mi pequeña princesa mudarnos con ella, no sé si es para ayudar o porque quiere vengarse de mi compañero de equipo y rival de toda la vida, que le rompió el corazón.
En cualquier caso, estoy dispuesto. Porque necesito quitarme a mi ex de encima, y a Sienna no le importa fingir que es mi novia.
Solo que ninguno de los dos estĂĄ preparado para las chispas que saltan entre nosotros ni para las consecuencias cuando lo hacen.
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