Nunca habĂa pensado en la vida como los pĂ©talos de una rosa.
Pero son tan parecidos. Delicados y fĂĄcilmente aplastados.
Rotos... tal como Ă©l lo hizo. Ăl podĂa arrancarlos y no habĂa nada que yo pudiera hacer excepto ser destruida y aceptar mi destino. Eso es lo que hace, arruina lo que toca. Despiadado y de corazĂłn frĂo.
Me entregaron a Ă©l.
Para romper.
Para hacer lo que Ă©l quisiera.
Todo porque estuve en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Se volviĂł adicto a la sensaciĂłn de empujarme al lĂmite. De dejarme desnuda y tomar el control de cada parte de mĂ.
Y si soy honesta conmigo misma... crecà para amarlo también.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario