Mentiras, engaños, venganza, deseo y odio... envueltos en una fachada con todo lo que brilla y resplandece.
Una cara bonita, una sonrisa atractiva, un vestido fabuloso, un aleteo de pestañas en el momento justo: a Miriam le habĂan enseñado que debĂa hacer todo eso para conseguir un marido rico. Prefiriendo la compañĂa de los libros en vez de las personas, lo Ășnico que le impedĂa a Miriam huir al campo era su hermana pequeña, que contaba con que Miriam consiguiera un matrimonio que le permitiera cuidar de su madre y de su hermana adecuadamente.
SabĂa cuĂĄl era su deber para con su tĂtulo y harĂa lo que fuera necesario
Aunque Hugh Compton, conde de Ashington, no habĂa querido el tĂtulo de su padre a la edad de nueve y veinte años, lo obtuvo hace dos años cuando su padre falleciĂł inesperadamente. Lo Ășnico bueno que habĂa salido de aquello era que Hugh habĂa podido trasladar a la esposa de su padre a la casa de las viudas.
Ahora era el momento de casarse.
A muchos les desagradaba el arrogante conde de Ashington, pero a ninguno tanto como a su hermano.
DespuĂ©s de que su madre fuera despachada como si fuera una basura de la que habĂa que deshacerse, Nathaniel jurĂł que igualarĂa la situaciĂłn. Con la intenciĂłn de seducir a la aburrida Lydia Ramsbury y sacarla de los brazos de su hermano, Nathaniel descubriĂł que era una nueva cara la que habĂa captado la atenciĂłn de su hermano: una tal señorita Miriam Bathurst.
La venganza nunca habĂa parecido tan dulce.
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