Supe que tenĂa que tenerte desde el momento en que te vi, Dakota....
Te veĂas tan hermosa sin pretenderlo, con tu camiseta suelta, tus jeans arrugados y tu cabello completamente alborotado. No tienes idea de lo que me haces. Eres un ĂĄngel perfecto, y me permitiste tener la esperanza de que por un momento, podrĂas ser capaz de curar al hombre roto en el que me habĂa convertido. Pero entonces te vi con Ă©l.
Ăl no te merece, Dakota. Tal vez yo tampoco, pero no te harĂ© daño. Y aunque me lleve el resto de mi vida, me probarĂ© a mĂ mismo. Porque somos el uno para el otro.
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