Un secuestro accidental.
Una mujer que habla demasiado.
Un hombre con un toque de maldad.
Para Alessia Devine, hoy debĂa ser un dĂa mĂĄs de trabajo en el hotel de lujo al que llamaba hogar: estresante, caĂłtico y lleno hasta los topes de huĂ©spedes que no reconocerĂan el sentido comĂșn o la cortesĂa comĂșn ni, aunque les mordiera el trasero que ella debĂa besar.
Lo que no esperaba era ser secuestrada en pleno dĂa, y menos por la mafia italiana. ¿Y quĂ© era eso de que todos sus hombres parecĂan modelos?
Pero su cerebro no registrĂł el peligro, al menos no hasta que Ă©l entrĂł en la habitaciĂłn.
Alto, moreno y peligroso, su corazĂłn dio un vuelco cuando lo vio por primera vez, y lo supo.
Ser secuestrada era la menor de sus preocupaciones.
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