Estaba feliz cuando mi padre encontrĂł de nuevo el amor.
Lo que odiaba era que su nueva esposa no solo tuviera la misma edad que yo, sino que estaba casi segura de que era una bruja de mar creada Ășnicamente para hacerme la vida lo mĂĄs miserable posible.
Una boda deberĂa haber sido un momento de alegrĂa. En lugar de eso, bebĂ champĂĄn hasta desinhibirme y dejĂ© que un hombre mucho mayor me llevara a un rincĂłn oscuro y me practicara el mejor sexo que jamĂĄs habĂa tenido.
Aquella aventura de una noche deberĂa haber sido solo eso, pero era difĂcil no pensar en el zorro plateado que me dio mĂĄs orgasmos de los que creĂa humanamente posibles.
No fue hasta una cena familiar en la que mi nueva madrastra invitĂł a su padre cuando me di cuenta de que el hombre al que habĂa dejado que me follara hasta dejarme sin cerebro no era otro que su padre.
DeberĂa haber sentido vergĂŒenza por lo que habĂa hecho, por ese encuentro prohibido que vivĂa en mi cabeza sin pagar alquiler. Pero en lugar de eso, el Ășnico pensamiento que cruzĂł mi mente fue...
Toma a mi papi, y yo tomaré al tuyo
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