Ăl viene por ti.
La muerte estå destinada a venir en un carro de sueños rotos o en las oscuras trincheras de una tormenta, no en cartas de amor y regalos.
Ăl no tomĂł mi alma cuando estaba destinado a morir. No lo ha querido todas las otras veces que se lo he ofrecido en bandeja de plata. Sin embargo, una y otra vez me recuerda que soy suyo: su monstruo nocturno, su amor oscuro, su otro perfecto.
La muerte era lo Ășnico que me mantenĂa con vida. Me mira desde su rincĂłn, se burla de mĂ con dulces mensajes, marca mi cuerpo con su toque mientras duermo.
Me quitĂł a la gente que amo. AĂșn asĂ, nadie me creyĂł cuando dije que vi al hombre sin rostro la noche del accidente.
Nadie puede escapar de la muerte.
¿Yo? la persigo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario