A pesar de apellidarme Kingsley, tuve que trabajar duro para conseguir mi corona. Soy un jugador de hockey superdotado, pero para ganarme un puesto en el equipo de hockey de Hannaford U hacĂa falta algo mĂĄs que talento.
En cuanto a las citas, es otra historia. Siempre lo he tenido fĂĄcil. Nunca hubo una chica a la que no pudiera conquistar.
Hasta que conocĂ a Gia Mancini, una diosa entre los mortales, y mis encantos no sĂłlo no funcionaron con ella, sino que se hizo mi amiga.
Pero nuestra historia aĂșn no ha terminado. MetiĂł la pata y la Ășnica forma de arreglarlo es aceptando una cita falsa conmigo.
Ahora el juego estĂĄ en marcha, y no me opongo a jugar sucio.
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