Me ganaba la vida vendiĂ©ndome en lĂnea. Tan pronto como vi el dinero en mi cuenta, le di al espectador lo que querĂa.
Un adelanto de lo que habĂa debajo de mi falda. Un pequeño juego de rol con mis orejas de gatito puestas.
O tal vez querĂan algo mĂĄs oscuro, mĂĄs obsceno, que solo sucediera despuĂ©s de que se apagaran las luces, cuando nadie vio hasta dĂłnde llegarĂa para pagar mis cuentas.
Pero cuando un cliente quiere algo, y no estoy dispuesto a hacerlo, no me di cuenta de hasta dĂłnde llegarĂa un fan obsesionado para conseguir lo que querĂa.
Y no habĂa solo uno sino dos, y no solo estaban deseosos por mĂ... sino tambiĂ©n el uno por el otro.
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