Él la ha estado observando, y a ella le encanta.
Abby quien escapó de un pasado abusivo con cicatrices como prueba de ello, encuentra consuelo en la simple rutina de trabajar en la cafetería. A medida que le llegan misteriosas cartas de amor, ella abraza la atención de ese admirador anónimo, recuperando su confianza en el camino. A pesar del riesgo, decide responderle de su propio puño y letra forjando una conexión que no creía encontrar en otro hombre, mucho menos a través de la tinta y el papel.
Sin embargo, cuando un encantador cliente habitual, Alex Mitchell, despierta su interés, no puede negar la atracción que siente hacia él. Poco sabe Abby, que Alex guarda sus propios secretos.
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