Se suponĂa que serĂa nuestro Ășltimo viaje de campamento, una despedida final antes de que mi hija volara a la universidad. Entonces cuatro hombres salieron de las sombras y se metieron en mi peor pesadilla.
SabĂa lo que esos bastardos tenĂan en mente antes de que se sentaran junto a nuestra fogata. Obligarme a mirar mientras la atormentaban no era suficiente. QuerĂan quebrarla y querĂan que yo fuera el primero en hacerlo.
Imposible.
Nunca podrĂa hacerle daño a mi propia hija. Pero independientemente de la repugnante traiciĂłn, no puedo evitar cĂłmo responde mi cuerpo. Es imposible que ella tampoco quiera esto, asĂ que ¿por quĂ© parece que no puede tener suficiente?
El deseo retorcido que sentimos solo puede estar mal. Pero en el bosque, las reglas de los hombres ya no se aplican.
AquĂ, jugamos segĂșn las leyes de la naturaleza.
Cazar o ser cazado.
Tomar o ser tomado.
Matar o ser asesinado.
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