Lo conocĂ cuando mi barco se hundĂa y me aferrĂ© a Ă©l en medio de la tormenta. No sabĂa que me necesitaba tanto como yo a Ă©l.
La primera vez que vi a Roman Dante King, destacaba como una extraña pieza de rompecabezas mezclada en la caja equivocada. No eran sus ojos azules a la tenue luz del bar, ni los tatuajes que cubrĂan sus brazos y manos, ni siquiera su personalidad arrogante. Era algo mĂĄs -algo que no podĂa ver- lo que me decĂa que no pertenecĂa a nuestra pequeña ciudad costera de OregĂłn.
Elora Mazie Barlow me recordaba a un colibrĂ que va de una flor a otra, sin detenerse nunca, sin dejar que nadie le eche mĂĄs que un vistazo antes de desaparecer. Nunca dejaba entrar a nadie... hasta mĂ. Entonces me regalĂł sus sonrisas, que eran mĂĄs valiosas que cualquier cosa que yo hubiera poseĂdo jamĂĄs, y me envolviĂł en su paz sin pedir nada a cambio.
Su trĂĄgica historia sonaba dolorosamente familiar a la mĂa.
Nuestra conexiĂłn estĂĄ anudada en la pĂ©rdida. El viaje que emprendemos juntos acabarĂĄ llegando a su fin. Pero ¿seremos capaces de desenredar los hilos que nos han unido?
¿Querremos hacerlo?
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