
Courtney
Estoy tan agotada... siempre viviendo al lĂmite de la desesperaciĂłn, a un sueldo de la ruina.
Pero este nuevo trabajo...
PodrĂa ser el nuevo comienzo que necesito.
PodrĂa cambiarlo todo.
El contrato es solo por tres meses, pero si mantengo la cabeza baja, trabajo duro y demuestro mi valĂa, tal vez pueda quedarme mĂĄs tiempo.
Tal vez pueda hacer de Black Mountain Lodge mi hogar.
Mientras conduzco por el camino de grava, rodeada por el bosque, las montañas y un cielo azul brillante, siento algo que no he sentido en mucho tiempo.
Siento esperanza.
Sterling
Mi nuevo empleado llega tarde.
Ya estoy de mal humor por tener que entrenarlo, todavĂa resentido porque el anterior se jubilĂł y me dejĂł solo.
Pero mientras espero, una mujer se detiene en mi camino de entrada.
Una mujer salida directamente de mis malditos sueños.
CurvilĂnea y hermosa, mirĂĄndome con los ojos bien abiertos enmarcados por largas pestañas oscuras.
Y de repente, ya no estoy pensando en mi empleado tardĂo.
Pero entonces abre la boca y pregunta por mĂ, presentĂĄndose como Courtney, mi nueva contrataciĂłn.
Courtney. No Court, como decĂa la solicitud.
Y me doy cuenta de que ha habido un error.
No puedo tener a esta mujer trabajando aquĂ. Viviendo en mi propiedad. DistrayĂ©ndome. Quiero decir, distrayendo a mi equipo.
No. No puede trabajar para mĂ. Fin De La Historia.
Excepto que no se quiere ir. Incluso me amenaza con demandarme.
Bien. Si no me deja despedirla antes de que empiece, entonces haré que se vaya por su cuenta.
Mountain daddy
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Kendra.
Mudarme a la casa de mi papĂĄ a los treinta y dos años porque mi compañera de casa me estafĂł con el alquiler... no es precisamente lo que yo llamarĂa tener Ă©xito en la vida.AsĂ que, camino a Colorado, decido que necesito una Ășltima noche de libertad, y el motel lindo al costado de la carretera es el lugar perfecto para detenerme.
Un punto extra porque tiene bar.
Otro punto extra cuando lo veo sentado al final de la barra.
El zorro plateado sĂșper atractivo, con bĂceps que ponen a prueba los lĂmites de su camisa de franela.
Dudo entre sentarme sola o ser valiente. Pero cuando lo veo mirĂĄndome, como yo lo estoy mirando a Ă©l, gana la valentĂa.
Es encantador y dulce, y prĂĄcticamente puedo sentir cĂłmo chispea la quĂmica entre nosotros.
Y cuando le doy la llave de mi habitaciĂłn... la usa.
Pero los dos sabemos que esto es solo por una noche. Que no volveremos a vernos.
Hasta una semana después.
Cuando aparece en mi casa.
Porque es el mejor amigo de mi papĂĄ.
Luther.
La miro.
A la mujer que temĂa no volver a ver.
Y el alivio lucha con la culpa en mi pecho. Porque ella, la chica de mis sueños, es la hija de mi mejor amigo.
Y sé que estoy jodido.
Porque no deberĂa tocarla.
Nunca mĂĄs.
Pero... sé que lo haré.
Pronto.
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