
Henley Holloway es la hija de mi jefe y me han asignado su mentorĂa.
El problema es que no busco cuidar a nadie.
Pero estoy decidida a convertirme en socia de la firma, y este es el Ășltimo obstĂĄculo en mi camino.
AsĂ que acepto tomar a la princesita bajo mi protecciĂłn.
La haré trabajar tan duro que me rogarå que la deje en paz.
Pero desde el primer dĂa que entra a la oficina y derrama cafĂ© hirviendo sobre mi pecho, estoy intrigada.
Es graduada de Harvard.
Su Ă©tica de trabajo rivaliza con la mĂa.
Es ingeniosa, divertida y hermosa, todo al mismo tiempo.
No quiero que me guste.
Tengo una regla estricta sobre las relaciones, y no la romperé con la hija de mi jefe.
Eso es un no rotundo.
Pero ella estĂĄ dondequiera que voy, y parece que nunca me canso. ¿Acaso las reglas no estaban hechas para romperse?
Desde el momento en que cruzamos la lĂnea,estoy perdida.
Henley Holloway se ha colado en mi corazĂłn, uno que ni siquiera sabĂa que aĂșn funcionaba.
Pero a veces amar a alguien no es suficiente.
Soy la prueba viviente de ello.
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Lulu Sonnet es la pesadilla de mi existencia.
Me causĂł mĂĄs dolor fĂsico del que cualquier hombre deberĂa soportar.
Desde un puñetazo accidental en la garganta hasta casi morir a causa de una pala...
Ni me hablen de ese brutal accidente con la bola de billar donde casi me roba las joyas de la familia.
Es una pequeña pagana y atractiva, ¿y quĂ© es peor?
Que se quedarå en la casa rentada de mi hermano mientras vivo temporalmente en la casa de huéspedes.
Y ahora necesita un favor.
Un novio falso.
La consentiré durante unas semanas, me devolverå el favor para que la hija de mi jefe deje de darme la lata, y luego nos separaremos.
Parece bastante simple.
Hasta que terminamos en la misma ducha.
Y luego en la misma cama.
Las fronteras se estĂĄn difuminando.
Es hermosa, feroz y sexy, todo a la vez.
Pero Lulu no se quedarĂĄ en Rosewood River para siempre. El lugar al que llamo hogar es solo una parada para ella.
Pero de repente, todo lo que creĂa querer ya no me importa.
Mi novia falsa puso mi mundo patas arriba.
Y ahora nada estĂĄ bien sin ella.
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