Soy Valentina Ricci.
Pero no nací con un nombre.
Mi madre, la hermana Margarette, era una mujer de Dios, pero pronto olvidó sus votos cuando su parroquia la envió a proporcionar orientación espiritual al preso número 39280 del corredor de la muerte.
Muchos han dicho que el encuentro de mi madre y mi padre no estaba escrito en las estrellas, sino que se fraguó en las entrañas del infierno. Porque nada bueno podría haber salido de que mi madre se enamorara del infame asesino en serie Patrick O'Loughlin y tuviera una hija como yo.
El día que lo ejecutaron fue el día en que yo nací.
Otra vez, otro cruel giro del destino, porque siempre sentí como si una parte de su alma se apoderara de la mía ese día. Esa puede ser la única explicación de por qué hago las cosas despreciables que hago y me gustan tanto.
Soy en parte monstruo, en parte santa.
No hay salvación para una pecadora como yo.
El orfanato de Santa María fue mi hogar cuando era niña. Y no era más que un infierno hasta que lo conocí...
Lennon Shepherd.
Nos encontramos en las circunstancias más extremas, y pensé que él sería mi para siempre. Pero el para siempre llegó con una fecha de caducidad cuando se convirtió en el enemigo.
Nuestra madre adoptiva, Gianna Ricci, nos ha entrenado para ser sus armas en una guerra en la que nunca quisimos participar.
Ahora, ya adultos, Lennon y yo estamos en bandos opuestos.
El chico al que he amado desde que tenía diez años es el hombre al que tengo que matar porque si no lo hago... él me matará a mí.
Soy la presa.
Pero también soy la cazadora.
Esto es la guerra...
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