La adicción a las apuestas de mi hermano me costó todo. El negocio familiar. Mi libertad.
Ahora él está en prisión por un crimen que nunca tuvo intención de cometer, y yo estoy frente al hombre más peligroso de la ciudad, suplicando por misericordia.
Pero misericordia no es lo que me ofrece.
Me quiere a mí.
Como su masajista privada.
Su adicción personal.
Un trato que salvará el negocio familiar pero me costará el alma.
Lo odio por quitarme mis opciones, por forzarme a entrar en su mundo de violencia y poder.
Y sin embargo... cuando lo toco, algo peligroso se enciende entre nosotros.
Un fuego que no puedo extinguir.
Un anhelo que no puedo negar.
Juré que escaparía. Juré que nunca caería rendida ante sus ojos azules y abdominales de acero.
Entonces ocurrió lo imposible.
Estoy embarazada de sus bebés.
Uno... dos... tres...
Cuatro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario