Mensaje de la app de UberEats (Cliente imbécil):
Ya llevas oficialmente 15 minutos de retraso, asà que te descontaré la propina por cada segundo que no tenga la cena en mis manos.
Por cierto, esta fue la primera —y probablemente la Ășltima— vez que usĂ© esta app…
En el momento en que recibĂ ese mensaje, deberĂa haber abierto el pedido de pasta y vino de 300 dĂłlares del tipo y haberlo tirado por la ventana.
Si no necesitara tanto dinero, crĂ©eme, lo habrĂa hecho.
Cuando entrego el pedido en la suite de un hotel en Manhattan, estoy empapado por la lluvia, exhausto y muy sorprendido de quién es el cliente.
Dominic Sutton.
O sea, el multimillonario Dominic Sutton , y el egoĂsta imbĂ©cil que dirige el otro lugar donde trabajo.
Realmente deberĂa haber mantenido la boca cerrada…
Cuando se atreve a darme una propina del 3% —¡un tres por ciento!—, me pongo furioso. Le digo exactamente lo que pienso de su puerta giratoria de becarios, su polĂtica de que el personal ni siquiera puede mirarlo a los ojos, y le digo que es el peor director ejecutivo del mundo.
La sonrisa sexy en su rostro deja claro que mi discurso no lo afecta en lo mĂĄs mĂnimo.
Entonces tomo su comida cara y bajo furiosa a mi coche.
(SĂ, estaba buenĂsima...)
Honestamente pensĂ© que se olvidarĂa por completo de mĂ: tiene cosas mucho mĂĄs importantes de las que preocuparse.
Hasta que llegue al trabajo el viernes siguiente.
Hay un correo electrĂłnico esperĂĄndome:
Asunto: Preséntese en la planta ejecutiva para verme. Ahora.
Algo me dice que estoy a punto de descubrir cuĂĄn despiadado y egoĂsta es realmente este hombre.
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