Ojos frĂos. Poder silencioso. Una presencia que hizo que toda la sala se detuviera.
Dijo que se llamaba Maxim.
Esa fue la primera mentira.
Me invitĂł a una copa. BailĂł conmigo.
Me besĂł como si ya fuera suya.
Y se lo permitĂ.
PensĂ© que terminarĂa ahĂ, como una noche imprudente con un desconocido.
Hasta que apareciĂł de nuevo.
No como un misterio de una noche,
Sino como un brutal jefe de la Bratva con un imperio de miles de millones.
Me dije a mĂ misma que nunca volverĂa a caer por Ă©l.
Entonces descubrĂ que estaba embarazada.
No de un bebé.
Ni siquiera gemelos.
...o trillizos.
...o cuatrillizos.
Sino de cinco de sus bebés.
¡Quintillizos!
Y sigue completamente obsesionado conmigo.
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