Tienes derecho a seguir siendo ardiente.
Todo lo que digas puede y serĂĄ usado para llevarte a mi cama.
Tienes derecho a usar mi cuerpo para darte un delirante orgasmo transcendental.
Si tienes problemas… no te preocupes, soy un poco experto en ese departamento.
No hay nada “pequeño” en mi lĂnea azul, si entiendes mi indirecta, y crĂ©eme, sĂ© cĂłmo darles un buen uso a estas esposas.
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Livia Ward quiere un bebĂ© antes de los treinta. Y a pesar de que el oficial Chase Kelly es exactamente el tipo de imbĂ©cil engreĂdo que esta bibliotecaria ha jurado librarse, es indudablemente ardiente. Ambos piensan que pueden darse el uno al otro lo que quieren: un par de noches divertidas para el oficial Kelly, un bebĂ© sin complicaciones adherentes para Livia, pero este policĂa ardiente estĂĄ a punto de aprender que el sexo, los bebĂ©s y el amor no siempre juegan segĂșn las reglas
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