Crear un heredero o perderé el negocio familiar.
El decreto final de mi padre en su lecho de muerte, un millonario que se preocupaba mĂĄs por su negocio y dinero que por lo que su hijo querĂa en la vida, que si su hijo era feliz.
TenĂa un año para encontrar una mujer y convencerla de que tuviera a mi hijo o lo perderĂa todo. Era bastante fĂĄcil con las personas de la sociedad que esperaban que yo estuviera con una de ellas.
Pero eso nunca sucederĂa.
QuerĂa una mujer para mĂ, alguien a quien pudiera amar, que pudiera ver mĂĄs allĂĄ de todo mi dinero y me quisiera por mĂ y no como yo pudiera avanzar en su vida.
Sin embargo, al final del dĂa, las mujeres sĂłlo me querĂan porque tenĂa bolsillos profundos.
Pero luego estaba Elise. Mi empleada. Una mujer con la que necesitaba mantener una relaciĂłn profesional. No la veĂa como un medio para un fin.
La veĂa como la Ășnica mujer que despertaba la vida dentro de mĂ con sĂłlo una mirada.
La Ășnica mujer que lo habĂa hecho. No habĂa deseado a alguien en mucho tiempo, no habĂa querido a una mujer en mi cama por mĂĄs tiempo del que admitirĂa.
QuerĂa decir que se fastidie la demanda de mi padre, y si eso significaba perderlo todo, que asĂ sea.
Pero, ¿podrĂa ser Elise la que me lo diera todo? ¿Felicidad, amor... un bebĂ©?
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