El rey intocable de la universidad exigió que todos se inclinaran ante él. Me negué.
No deberĂa haberlo hecho. DeberĂa haberme tragado mi orgullo y arrodillarme. Pero la gente como Ă©l me cabrea. Personas que nunca han tenido que trabajar por nada pero aĂșn lo tienen todo. Entonces decidĂ mostrarle pĂșblicamente que Ă©l no tiene ningĂșn poder sobre mĂ.
Eso fue un error.
No tengo nada. Sin dinero. Sin nombre. Sin conexiones.
Ăl lo tiene todo. En esta ciudad es prĂĄcticamente un dios.
Y ahora viene en busca de venganza.
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