A crack in everything
La vida solĂa ser sencilla.
Era una chica de ciudad con sueños humildes. Entonces Dylan O'Dea irrumpió en mi apartamento, me sujetó contra la pared y me dijo que me callara.
Fue como en las pelĂculas, donde el universo se concentra en una sola escena. Lo mirĂ© a los ojos y supe que iba a cambiarme.
Para Dylan, el cielo siempre estaba cayendo. Me mostrĂł cĂłmo nuestro mundo es una contradicciĂłn de belleza y fealdad. CĂłmo elegimos ignorar lo horrible y cubrirlo con lo agradable. CĂłmo se necesita sĂłlo una gotita de algo desagradable para crear cualquier gran aroma.
Bastante profundo para un par de adolescentes que viven en un bloque de apartamentos de protecciĂłn oficial en el centro de DublĂn, ¿verdad? Seguramente. Pero no Ă©ramos los tĂpicos. Los dos tenĂamos nuestras obsesiones. La mĂa era cultivar cosas, la de Dylan eran los olores. Ăl me enseñó a usar la nariz y yo lo introduje en la magia de las flores.
No tenĂa ni idea de que un dĂa construirĂa un imperio a partir de lo que empezamos juntos. Pero antes de eso, hubo amor y felicidad, tragedia y desamor Ă©pico...
Me llamo Evelyn Flynn y voy a hablarte de una grieta en todo.
VolviĂł a mĂ a los 16 minutos y 59 segundos de la SinfonĂa N.Âș 7 de Beethoven. 7.
Nos separamos en medio de una tragedia, asĂ que me pareciĂł poĂ©tico. Dylan O'Dea, mi amor de la infancia, lo habĂa significado todo para mĂ. Ahora Ă©ramos extraños y, sinceramente, despuĂ©s de once años nunca pensĂ© que volverĂa a verlo.
Yo vivĂa en el mundo de la media, de cobrar por horas y hacer presupuestos para llegar a fin de mes. Pero Dylan vivĂa en el mundo de la riqueza y el Ă©xito. HabĂa logrado las grandes cosas que siempre sospechĂ© que lograrĂa. La insatisfacciĂłn que habĂa sentido de adolescente habĂa sido obviamente un excelente motivador.
EmpezĂł un negocio desde cero, fue pionero en una marca y creĂł perfumes adorados por mujeres de todo el mundo. SĂłlo era una de las personas que habĂa estado allĂ antes. Ahora vivĂa su mejor vida en el despuĂ©s.
Y yo, bueno, llevaba un tiempo en un lugar oscuro. Lenta pero seguramente, estaba dejando que la luz volviera a entrar, pero me faltaba algo. Yo era una frase inacabada con una elipsis al final. Y quizĂĄ, si era lo bastante valiente para arriesgarme, Dylan podrĂa ser mi final feliz.
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