Saving His Sunshine
Alessandro Banger
Estoy acostumbrado a que mi perro cause problemas. Es lo que hace.
Pero irrumpir en la casa de mi atrevida vecina podrĂa ser un nuevo nivel incluso para Ă©l.
O bien es un genio, porque JesĂșs. No sabĂa que nos mudamos al lado de un ĂĄngel.
Heidi Marsh es impresionante... especialmente cuando me estå regañando.
O escalando mi cuerpo para besarme estĂșpidamente.
Pero mi fogosa pequeña panadera estå aterrorizada de darme su corazón. Tengo la intención de averiguar por qué.
Solo que no esperaba enterarme de que alguien la estĂĄ amenazando a ella y a su pastelerĂa.
Diablos, no. Hoy no. NingĂșn dĂa.
Estoy protegiendo a mi rayo de sol, y luego la harĂ© mĂa.
Heidi Marsh
Por supuesto que mi nuevo vecino es un bombero estĂșpido. Y por supuesto, tiene un perro amenazador.
No estoy mentalmente preparada para lidiar con ninguna de estas cosas.
Tengo que abrir una panaderĂa.
Pero cuando Alessandro me sonrĂe, lo Ășnico en lo que puedo pensar es en quitĂĄrsela de la cara.
LĂĄstima que el amor sea lo que mĂĄs miedo me da.
Enamorarme de Ă©l serĂa tan jodidamente fĂĄcil...
Especialmente cuando descubra que alguien me estĂĄ amenazando.
No sabĂa que necesitaba un hĂ©roe, pero Ă©l estĂĄ decidido a ser mĂo de todos modos.
Todo lo que tengo que hacer es encontrar el valor para dejarlo...
%20-%20Loni%20Ree.png)
No buscaba problemas, pero los problemas la encontraron... en forma de un agente del FBI gruñón y posesivo.
Willow.
Un minuto, estoy en mi escritorio, ocupĂĄndome de mis asuntos. Al siguiente, estoy siendo “secuestrada”. De acuerdo, tal vez sea un poco dramĂĄtico, pero cuando un agente del FBI gruñón y mandĂłn irrumpe en mi despacho, me echa al hombro y me saca de ahĂ -ignorando mis protestas, que son muy razonables-, creo que puedo estar un poco enojada. Lennox Crawford es una fuerza de la naturaleza, todo gruñidos y fuertes miradas, y no acepta un no por respuesta. Dijo que me estaba salvando. Que mi jefe era una mala noticia y que necesitaba salir de ahĂ antes de que las cosas se torcieran. No me lo creo. Pero eso no le impide aparecer una y otra vez, decidido a conquistarme. Le digo que no. Lo alejo. Pero cuanto mĂĄs lucha por mĂ, mĂĄs difĂcil me resulta resistirme al hombre que jura que soy suya.
Lennox.
En cuanto entro en el despacho de Willow Sumner, lo sĂ©. Ella es mĂa. Solo que ella aĂșn no lo sabe. No tengo tiempo de explicarle por quĂ© tiene que irse. De todos modos, no me escucharĂĄ. AsĂ que hago lo que harĂa cualquier hombre cuerdo: me la echo al hombro y la saco de aquĂ. Se resiste a cada paso, patalea, grita y pellizca como una gata salvaje mientras mi equipo se parte de risa. DeberĂa dejarla marchar ahora que estĂĄ a salvo. Pero ahora la llevo en la sangre. En mis huesos. Y no renuncio a lo que es mĂo. Willow puede luchar contra mĂ todo lo que quiera. Puede alejarme, hacerme trabajar por ella. Pero de una forma u otra, ella va a ser mĂa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario