Cuando Gabrielle Solomon cae, cae con fuerza. Aunque eso signifique caerse literalmente por la barandilla del porche sin nada más que una toalla endeble, justo delante de su nuevo y sexy vecino.
Jay Stetson es cien por ciento material de héroe con esos brazos, ese pecho y esa sonrisa deliciosamente sexy. El galán cincelado en franela tiene una actitud irresistible fuera de los límites mientras saca a Gabrielle de los arbustos y la salva de una serpiente.
Desgraciadamente, él no se deja llevar por lo que Gabrielle le ofrece, no con su pasado de desastre emocional.
Solo vecinos. Solo amigos. O eso dice él.
En secreto, está enamorado de la soltera y feroz mamá oso de dos niños que hace de Señorita Repara-Todo en la casa de al lado.
Ni siquiera le molesta el ruido o el caos que provocan sus hijos. Lo que sí le molesta es cómo se acelera su solitario corazón cuando mira sus ojos color esmeralda.
¿Podrá Jay dejar atrás sus dolorosos recuerdos, o dejará que la mujer de sus sueños se le escape de las manos?
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