Mi abuelo me dejĂł dos reglas junto con su enorme legado.
#1: Nunca confĂes.
#2: Nunca te enamores de un motero.
Lo siento, abuelo, pero estoy enredada con tres de tus mejores hombres.
Arlo, feroz y reservado, sabe exactamente cĂłmo hacer que mi cuerpo lo ansĂe.
Arjo, fuerte y constante, su sonrisa es cĂĄlida... pero sus manos, ¿irresistiblemente peligrosas.
Teddy, el encantador busca problemas, demasiado astuto para su propio bien, y lo sabe perfectamente.
Tres hombres. Tres sombras. Cada uno leal, cada uno me desea.
El deseo entre nosotros es un juego peligroso.
Si son hombres malos hasta la médula... estoy a punto de mostrarles lo salvaje que puedo ser.
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