Once upon a Christmas tree
Alexander, Lord Burlington, odia la Navidad.
Pero el deber lo llama. Este año está dispuesto a dejar a un lado sus sentimientos por el bien de su hermano mayor, que acaba de ser abandonado en el altar -lo que ha conmocionado a la alta sociedad británica-, mientras escapan de Londres hacia las montañas nevadas de Aspen.
Sin embargo, pronto se hace evidente que Colorado en diciembre no era el mejor lugar al que ir para alguien que suele sonreír más que El Grinch.
Haven Wylder ha pasado los último cuatro años pagando las deudas que sus padres dejaron al morir. Entre trabajar en su rancho, o en su tienda de Navidad y aceptar cualquier otro trabajo que puede, no ha habido tiempo para la diversión. Pero si hay algo que la hace sonreír son las fiestas y el concurso anual de decoración de pan de jengibre.
Lo que no se esperaba era a un desconocido alto y guapo con un acento de muerte que, *suspiro*, odia la Navidad.
Haven no tarda en hacer cambiar de opinión a Alex. No tiene nada que ver con sus labios rojos y sus brillantes rizos caramelo cayendo por su espalda, ni con sus grandes ojos de cierva tan verdes como los árboles de Navidad que vende. O la forma en que rellena sus pantalones.
Nada de nada.
Alexander nunca dejará de despreciar la Navidad, pero una aventura con Haven Wylder podría ser justo lo que la hiciera un poco más soportable. Es decir... si puede olvidarse de ella y de su inolvidable relación.
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