
¿Escalar el Kilimanjaro? No, gracias. ¿
Escalarlo con Miller West? ¡Ni hablar!
Una semana entera sin duchas, sin cama ni internet ya fue bastante mala. Pasarla con el enemigo jurado de mi familia —el insoportablemente presumido e indecentemente guapo Miller West— es demasiado.
Estoy decidida a seguir siendo su enemiga, aunque entrenar con él sea mi cosa favorita del mundo. Aunque esté empeñado en protegerme, lo necesite o no, y sea sorprendentemente amable, por muy mala que sea con él.
Pero ocho días es mucho tiempo para odiar a alguien con quien duermes.
Sobre todo cuando sospechas que nunca lo odiaste.
Y lo que pasa en el Kilimanjaro se queda en el Kilimanjaro... ¿no?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario