¿Has oĂdo de la mujer a la que despiden, detienen por exceso de velocidad en una carretera rural y se enamora del policĂa que la detuvo?
El sargento Jude Davis apenas tiene horas suficientes para proteger y servir a la pequeña ciudad de Kelly Lakes y cuidar de su padre enfermo. Después de su amargo divorcio, aprendió por las malas que no tiene tiempo para relaciones romånticas.
Si pudiera conseguir que todo el mundo dejara de intentar arreglarle citas a ciegas...
Cuando el malhumorado agente detuvo a un conductor por exceso de velocidad, no estaba preparado para Claudia. Esta belleza radiante sĂłlo estĂĄ en la ciudad el tiempo suficiente para curar sus heridas profesionales antes de volver a Brooklyn. Es guapĂsima, ardiente y todo lo que Ă©l no tiene tiempo de disfrutar.
Jude no puede permitirse acercarse a ella, asĂ que nadie se sorprende mĂĄs que Ă©l cuando se encuentra pidiĂ©ndole un favor. Unos cuantos abrazos falsos en pĂșblico y miradas anhelantes deberĂan bastar para desanimar a sus decididos casamenteros, ¿verdad?
Por primera vez en años, este policĂa gruñón tiene algo por lo que sonreĂr a medida que la amistad desarrolla ciertos "beneficios". Pero cuando la estancia temporal de Claudia da un giro hacia lo permanente, Jude tiene que enfrentarse a los hechos. Ăl no puede ser el hombre que ella se merece... pero definitivamente no estĂĄ dispuesto a ver cĂłmo ella acaba con otro.
El sargento Jude Davis apenas tiene horas suficientes para proteger y servir a la pequeña ciudad de Kelly Lakes y cuidar de su padre enfermo. Después de su amargo divorcio, aprendió por las malas que no tiene tiempo para relaciones romånticas.
Si pudiera conseguir que todo el mundo dejara de intentar arreglarle citas a ciegas...
Cuando el malhumorado agente detuvo a un conductor por exceso de velocidad, no estaba preparado para Claudia. Esta belleza radiante sĂłlo estĂĄ en la ciudad el tiempo suficiente para curar sus heridas profesionales antes de volver a Brooklyn. Es guapĂsima, ardiente y todo lo que Ă©l no tiene tiempo de disfrutar.
Jude no puede permitirse acercarse a ella, asĂ que nadie se sorprende mĂĄs que Ă©l cuando se encuentra pidiĂ©ndole un favor. Unos cuantos abrazos falsos en pĂșblico y miradas anhelantes deberĂan bastar para desanimar a sus decididos casamenteros, ¿verdad?
Por primera vez en años, este policĂa gruñón tiene algo por lo que sonreĂr a medida que la amistad desarrolla ciertos "beneficios". Pero cuando la estancia temporal de Claudia da un giro hacia lo permanente, Jude tiene que enfrentarse a los hechos. Ăl no puede ser el hombre que ella se merece... pero definitivamente no estĂĄ dispuesto a ver cĂłmo ella acaba con otro.
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